Como los 7 mares, en todo iguales menos en la cantidad. Así eran los ojos de Diego. Tranquilos, inmensos, misteriosos, profundos, peligrosos sin quererlo y muy muy azules. Era por eso que además de príncipe era azul. Por eso yo nunca pude referirme a él de otra manera que no fuera "Diego de Azul", aunque cuando lo conocí era otro Diego quien iba de azul, y se prestaba a grandes confuciones, puesto que el otro diego no era príncipe en absoluto para nadie, mientras Diego Azul como los mares lo era en gran medida mínimamente para Denisse; y por eso encontré una que otra vez en la última página de alguna libreta bonitos dibujos que realmente eran paisajes con un D&D escondidos, muy escondidos en las huellas del viento. También dibujos de latas almibaradas "Dulces Duraznos" me explicaba ella, y sonreía cual princesa atrapada en su castillo sabiendo quien era su principe.
Pero no pasó, aunque las historias de príncipes azules existan. Nos quedamos con los duraznos sólo dulces por naturaleza.
8 de marzo de 2007
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2 comentarios:
Conociendo tu blog, muy lindo!!! =)
Nos veremos por aqui.
Saludos!!
Gracias ^^, el tuyo es morado
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