10 de febrero de 2005

Hoy falte a clases. Realmente sin ninguna razón que no fuera mi voluntad, y esque dormirme tarde por ver a un minifrodo de 6 años puede resultar conmovedor y tierno, pero vastante cansado.

Mi madre intentó despertarme a las 6, igual que todos los días de lunes a viernes. Pero yo, encerrada en la jaula de mi abuelo materno - esa que estuvo colgada muchos años en el rancho- y viendo al muso correr una carrera entre los campos de trigo, montado en un caballo azul, estaba demaciado ocupada para despertar.

Son estos días, en los que hago lo que se me pega la gana, en los que me pongo a pensar si estoy destinada a vivir sola a causa de este caracter... mientras, que el muso sigua cantando.

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