Pero a la alegría de tenerte entre mis brazos,
de prenderme de tus labios y reirme a carcajadas.
Oda a la alegría de que preguntes si te quiero;
y de gritarte que no es cierto y me muerdas de rabia.
Mentirte apasionadamente de lo mucho que te odio
y todo lo que puedo seguir sin ti.
Oda a la alegría de perderme en tus brazos
y me digas "yo si" y me busques las verdades entre los dientes.
Oda a la alegría de tus ojos cerrados,
de mi cuerpo cansado y los susurros ahogados.
Aceptalo, aunque seamos polvo enamorado =)
Y no, no es que el amor haya invadido subitamente las filas enemigas de mi consiencia fria y calculadora. Es solo que no pude dormir pensando en la "muy importante llamada", la cual si llegó...
10 de enero de 2005
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