A comer salmón en la terraza de mis dieciseis, a comer empanadas en el sillón de mis veintiuno, a comer el helado de mis diecinueve, a pasear por el pueblo de mis veintitres, la playa de mis diecisiete, las momias de la infancia, los cerros coloreados de verde.
Y de repente... aquí me quedo, como un ancla vieja y oxidada, viendo cómo zarpa mi corazón. Cómo prepara las maletas, como busca una cama lejos de la mía en dónde descansar el alma, mientras los sueños que compartimos yo los guardo bien doblados bajo la almohada. Nuestros recuerdos, como ese hombre memorioso de Borges, están sobre mi piel, como botones que van a reventar en flor llegando la primavera, sin ti. Llegando a la lluvia sin ti, comiéndome las uñas, hasta los huesos, sin ti... por ti.
Qué haré con el corazón tan lejos????, allá, jugando con pingüinos! Que haré con el corazón jugando sobre hielo, mientras mi cuerpo sigue y sigue, como Autómata, que sin ti nada está vivo en realidad. Seguiré redactandole respuestas a personas que me miran dulcemente, por estar tan distraida, que me preguntan una y otra vez "estás enamorada?" y yo responderé que no lo sé, que no tengo corazón en esos momentos, y que espero con toda el alma que algún día vuelva.
Qué haré con el corazón tan lejos????, allá, jugando con pingüinos! Que haré con el corazón jugando sobre hielo, mientras mi cuerpo sigue y sigue, como Autómata, que sin ti nada está vivo en realidad. Seguiré redactandole respuestas a personas que me miran dulcemente, por estar tan distraida, que me preguntan una y otra vez "estás enamorada?" y yo responderé que no lo sé, que no tengo corazón en esos momentos, y que espero con toda el alma que algún día vuelva.
1 comentario:
me hacia falta leerte. Ultimamente me habia viciado con cosas banales.
Un bso gomita!
Publicar un comentario