Si pudiera ser vampiro al estilo crepúsculo (sí, switch niña de 13 años), aparte de obviamente ser bonita - MUY BONITA- tendría miles de vidas enteras de 20 y tantos años para intentarlo todo. Sinceramente no me volvería a enamorar, y como no recordaría mi vida de mortal, viviría en el idilio de la ilusión y la alimentaría con amores ajenos robados de novelas y películas (Lo siento, sería infelíz recordándote y extrañándote). No causaría buenas impresiones, más que para matar, y porsupuesto no sería "vegetariana" sino que por el contrario, me obsecionaría con mis presas y las poseería como se poseían los tazos, las tarjetas de beisbolistas o las estampitas para álbumes. Llevaría a un niño a disneylandia con tal de tenerlo.
Tendría un loft de ventanas gigantes a algún lado con niebla verdosa y grisasea, y mis paredes serían del brillante de los ladrillos desnudos pero curados. Tendría una cocina y una cama hermosas, aunque no las necesitara, y cuajaría de frascos con aromas encerrados cada estante que parecería infinito.
Sería diseñadora, o escritora... o algo así, algo que en mi sano juicio y con una vida corta no haría. Me perdería en la soledad de los colores, las texturas, los olores y sabores inventados. Y sería felíz entretenida indefinidamente con el brillo de un cristal roto, con el olor de una fogata apagada, con el sonido de un violín marchito a la distancia.
Sería la ventaja de la soledad, no la condena. Pues la soledad sin el recuerdo de la compañía es el estado idoneo de quienes no podemos ser inmortales.
25 de octubre de 2009
Pensamiento elegido del no-poder-meditar
En el cajón de
cuentos de hadas,
hipocondrias,
monologos,
personajes inventados
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3 comentarios:
a donde sea... a dónde?
a donde sea... a dónde?
a donde nos lleven dos pies
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