La señora Silvia tenía esa suerte de Laquesis refugiada en el siglo XXI. Trágica, vieja y de ojos brillantes, y con una máscara de maquillaje rosa que cuando se derretía con el calorón de la hora de la siesta, le daba un aspecto de figura de cera en incendio.
Metida en su taller luminoso, mientras cocía vestidos para doncellas casaderas, se enteraba y dirigía cualquier cazuela de habas que fuera a cocerse, y por supuesto, qué bolsa de arroz se engusanaría.
30 de julio de 2009
Personajes de emergencia (mi página 34)
En el cajón de
cuentos de hadas,
descripciones,
gente,
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1 comentario:
me gusta mucho escribe doña gOmita X) un muy buen personaje. casi pude oler las habas cociendose
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