Buenos Aires no se esconde las estrellas en los bolsillos, se las pega al cielo, con un velcro sensible que de vez en cuando falla dejando escapar a alguna que termina meciendose en la briza fresca que se cuela entre los olivos de los parques. Recoleta tiene unos marrones intensos después de las Heras, y unos puntitos de luz amarilla agazapados a los arboles que rascan las paredes del panteón. Unos parques que parecen otros mundos, unas burbujas de jabón que parecen señuelos para niños en cañas de pescar invisibles desde los arboles. El olor a queso, un piso brillante por el que posar los pasos y un montón de huecos en las esquinas para colar miradas fisgonas o curiosas en los patios que tienen fuentes de agua domesticada.
Constantemente me despierta un señór que vive en algún piso posterior, cantando tangos que se pudieran acomodar en una película de los años 50's; y me arrullan por las tardes un saxofonista cuyo jazz embarra de dulce de leche una tostada, y el olor a café de una taza que se sienta enseguida de un mate y su curiosa bombilla.
Y esto tengo desde hace un mes. Un diván blanco, un sillón café con dos cojines rojos, dos canapés verde olivo, unas cortinas transparentes detras de las que se esconden algunas plantas y un balcón en el que llovizna seguido. Una tv grande y un dvd eficiente, un teléfono que suena cada vez más seguido, dos espejos donde tres chicas que cada día se quieren más sinceramente se arreglan los cabellos cada día más largos, dos lámparas de techo que hacen que la luz sea del color del ambar para que bañe un comedor demasiado grande en el que se hacen cenas para gente con la que se comparte una vida reciente que tiene un acomodo que parece eterno. Esto tengo: la paz que brinda la lejanía, la magia que se traslada en el viento entre blanco y plateado que te pega en el rostro cuando corres esquivando farolitos míticos de jardines a su suerte, la seguridad de una salida en solitario al cine en la madrugada y la esperanza tierna de una ingenuidad que te pega los labios a un hombro desnudo, como si de verdad pasara.
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4 comentarios:
awwww.. ke bonito!....
yo tambien kiero!!!
Por qué tu paz no tiene colores?
porque no me dio tiempo =p
Transportadota que me has dado :)
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