25 de septiembre de 2008

Gente I

Gaby se me metío de golpe en la vida, un día a las 7 am. No nos conocíamos más allá de clases, pero nos conocimos en el momento justo en el que mi cotidianeidad se empezó a llenar de vacantes físicas y emocionales. Después de dos cervezas y un brownie compartimos chistes y chismes, hablamos de hacer recuerdos y horas de estudio. Nos sonreimos, y en algún punto la sonrisa se convirtió en algo más que cordial para ponerse profunda, fácil y fresca; las peleas de punto de vista dejaron de ser peleas para convertirse en argumentos apasionados que dejaron de ofender a nadie, para querer convencer la una a la otra de que el cielo ya no era azul clarito.

Me enfrascó las tardes. Me puso un quehacer y se sentó conmigo a desayunar chilaquiles verdes mientras nos quejábamos de un maestro de Derecho que era contador, maestro de primaria rural y no sabía nada de Derecho; para después impresionarse de mis botellitas tecnicolor, mis cuantiosas cajitas y mis abandonados y borrosos cuentos... le sonreí, bajándole un libro de Derecho Internacional Público, y mientras discutíamos sobre palestinos e israelies pensé en el cómo sale y entra gente a la vida de una (y de la otra).

4 comentarios:

Rné, dijo...

dos cervezas y un brownie
:O a caon!.

Anónimo dijo...

Es mejor que "hacer tarea", no crees?

Nazu dijo...

es genial el recurso de los colores para describir las disti8ntas palabras y sensaciones del texto.

muy bueno.

saludos.

Anónimo dijo...

Nazu, se llama sinestesia y es divertida.