Discución

- Me vas a decir que te has olvidado de mi? - Preguntó el muso muy dolido, viendome aparecer un pajarito metálico con las manos.

- No, no podría decirte eso... - Le respondí pensando en las magnitudes de mi respuesta comparadas con la proporción exacta de su expectativa, entre un mohín disimulado por una sonrisa producida por la manualidad de alambres que tenía horas haciendo.- Cuando he podido olvidarte?

- Eso significa que vas a modificarme otra vez? - dijo autoritariamente, tirándose en mi cama y haciendo volar una botella llena de lentejuelas que le servía de florero a los fantasmas de principio de semestre.

- No, no te voy a modificar esta vez... Dame las pinzas - Me miró sorprendido, y cambiando de escenario, se robó unas pinzas para traermelas de vuelta con un "puf".

- L-lo vas a dejar po-por mi? - Tartamudeó incrédulo, con más esperanzas que letras.

- No! - Sentencié soltando todos los alambres - Sólo voy a intentar que esta vez no me lo arruines todo - Agregué molesta -, Te voy a dejar donde tienes que estar: En letras, papel o tu botella.

- Si sigues pensando en él, me voy a convertir en él.

Me asusté. Era cierto, y el muso lo sabía tal como yo lo sabía. Me llené de pánico, la naturaleza del muso iba a terminar por ahorcarme en vez de salvarme.

- Pues... - Dudé- ni modo...

- Me dejas? - Respondí con un silencio. - Ya qué? Todas vuelven! - Agregó lo más machistamente que pudo, y se desvaneció con una canción de violines.