10 de junio de 2007

La princesa Caramelo (II)

La Princesa Caramelo se encontraba tendida en su cama, cuan larga y ancha se le veía con todo y el bombacho vestido Beige-Oro que se ondulaba con el silvidito travieso del viento frío que entraba por la ventana. Observaba el techo, alto.. altísimo y que se parecía tanto al paraiso como ella lo había imaginado. Un idílico atardecer azúl, desgarrado de ocasos que terminaban coagulándose en pretenciosas nubes moradas que alguna vez habían intentado llover las más purísimas esperanzas del reyno; pero aquellas gotitas cristalinas se habían petrificado para enredar la tenue luz de la única luciérnaga que la Princesa Caramelo había sido capáz de mantener encendida.

Observaba pues, sintiendo el vientito hélido convertirse en plumas de ángel para hacerle cosquillas una vez llegara hasta sus pulmones. Sentía como si su torax fuera una jaula de aves del paraiso mudas, pero que revoloteaban desesperadas por su libertad hacia aquél cielo. Aquella sensación era única, y sólo aparecía cuando pensaba en él. En aquél primer Beso junto al mar que había enganchado a todos los relámpagos de la tormenta. Y al ver los campos verdes (como él) desde su carruaje en los viajes largos.


Ella sabía que Tarde o temprano, terminaría en sus brazos... y él en su corazón.

4 comentarios:

Paiki dijo...

no seria principe verde? demasiado romance para los tiempos de sequia.

s4nt0 dijo...

que buen final, esa ultima frase esta chida

Gomita de Naranja dijo...

Sí, todo giraba en torno a esa frase. Principes verdes paiki? serán marcianos!

OoOo*Tinkerbell*oOoO dijo...

Hola nena!!!!


aayyyyyy ke bonitoooo!!!!

me encantoooo!!!

la frase,los personajes ¡¡todo!!

hermoso!!!

besis