3 de enero de 2005

Musarañas a obscuras

A las 10 de la noche decidí que era momento de irme a la cama, despues de todo, hoy comenzaría las clases del último semestre y mínimo debía levantarme descentemente. Pero no!! oooh, no!! estaba ya en mi cama, me había sacado el calcetín derecho y me había remangado la manga izquierda de la sudadera con la que duermo en invierno cuando de repente recuerdo un nombre; un nombre muuuuy especial, pero no era solo un recuerdo fortuito, era un ataque de inspiración que hubiera recivido con una cordial sonrisa de no haver sido que era tarde y tenía clases.
A las 3 de la mañana hice lo que solía hacer en la "juventud". Tenía demaciadas palabras en la cabeza, con los mismos nombre de antaño, los mismos escenarios y el mismo título: El camino de los gatos. Pero esta vez mi voz interna me contó una historia diferente a la que yo le había contado, una más corta y sencilla que implicaba gatos de verdad y fragmentos de la agonizante original. Me sentí feliz, aunque al levantarme por mi lapicero y una hoja d papel, me sentí como una araña fumigada y caí sentada en la alfombra enmedio de mis estrellitas. Recordé que mis útiles estaban en el primer piso de la casa y me di por vencida, pero aún así mi vocesita me contó todo el cuento, con cada detalle y adorno olvidado; y así me arrulló hasta que despertara a las 6, sin recordar si había dormido o no...


Y cuando llego del colegio, me atacan los sobres de resultados universitarios ¬¬

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